| Museo |
Museo Pablo Gargallo
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| Inventario |
070
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| Clasificación Genérica |
Artes plásticas
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| Objeto/Documento |
Escultura
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| Título |
Saludo olímpico: el atleta clásico
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| Autor |
Autor: Gargallo Catalán, Pablo (Lugar de nacimiento: Maella, 05/01/1881 - Lugar de defunción: Reus, 28/12/1934)
Fundidor: Parellada
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| Materia/Soporte |
Bronce
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| Técnica |
Fundición
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| Dimensiones |
Altura = 290 cm; Anchura = 225 cm; Profundidad = 95 cm
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| Descripción |
Escultura de bulto redondo que muestra el desnudo de la figura masculina de un joven montado sobre un caballo que realiza una cabriola (apoya sus patas traseras y eleva las delanteras), mientras el jinete vuelve el rostro sereno hacia su izquierda y levanta su brazo derecho en actitud de saludo. Acompaña al grupo una chumbera que nace junto a las patas traseras del caballo y llega a tocar su tripa.
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| Iconografia |
Atleta
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| Firmas/Marcas/Etiquetas |
(Lateral derecho base, izquierda)
P. Gargallo
(Detrás, izquierda sobre base)
Museo / Pablo Gargallo / Zaragoza
(Lateral derecho base, derecha)
Parellada / Lliçà d´Amunt
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| Contexto Cultural/Estilo |
Edad Contemporánea
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| Datación |
1929
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| Lugar de Producción/Ceca |
París (Francia, Europa) [Modelo]
Lliçà d´Amunt (Vallès Oriental, Barcelona (p)) [Bronce]
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| Bibliografía |
ORDÓÑEZ FERNÁNDEZ, Rafael. Museo Pablo Gargallo. Ayuntamiento de Zaragoza, 2004.
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| Clasificación Razonada |
El modelo de esta obra, realizado en bronce, se conserva en el Estadio Olímpico de Montjuich, en Barcelona.
Edición (ejemplares fundidos en bronce): 1 ejemplar Museo Pablo Gargallo de Zaragoza.
Esta obra y su pareja ( Saludo olímpico: el atleta moderno, también en este museo con Nº inventario 069), fueron oficialmente encargadas a Gargallo en 1928 por la Exposición Internacional de Barcelona de 1929 para el Estadio Olímpico de Montjuich. Allí permanecieron los primeros originales desde 1929 hasta 1981, año en que se trasladan al Palacio de la Virreina de Barcelona con motivo de la Exposición del Centenario de Gargallo; en este nuevo emplazamiento permanecen hasta 1989, regresando entonces a su situación de origen en el Estadio de Montjuich. La generosidad de los herederos de Gargallo y del Ayuntamiento de Barcelona posibilitó la fundición de unos nuevos ejemplares que, además de ampliar y enriquecer las colecciones del Museo Pablo Gargallo, han pasado a constituirse en las piezas más significativas, y quizá artística y culturalmente más valiosas, del patrimonio escultórico monumental de Zaragoza, enmarcando la fachada y caracterizando emblemáticamente el acceso al propio Museo.
Esta obra es uno de los trabajos de Gargallo en que más claramente se observan sus inclinaciones y preferencias por los aspectos arcaizantes de la estatuaria clásica griega, que aquí han sido objeto de una sutil y eficacísima transposición al terreno de su personal e innovadora concepción de lo figurativo de tendencia clasicista. El cacto que parece sustentar al caballo, y quizá sea necesario estructuralmente, no deja de sugerir una cierta invocación o simbolismo de cariz noucentista e, inevitablemente, como la figura toda, mediterráneo.
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